Unos de los peces más antiguos que se conocen son los Lepisosteiformes. Esta especie tiene registros fósiles muy antiguos. De hecho, sus ancestros datan de más de 145 millones de años, específicamente del periodo cretácico.
Se trata de un pequeño grupo con características primitivas, dividido en 7 especies y dos géneros que son los Atractosteus y los Lepisosteus.
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Son peces de agua caliente que se localizan sobre todo en Centro y Norteamérica, y a lo largo de todo el Caribe. Además, en ellos se presentan las siguientes características:
En cuanto a la coloración de los Lepisosteiformes, se tiene que sus tonalidades van en marrón claro y marrón oscuro. En su vientre son casi blancos. Algunas variedades muestran unos puntos oscuros en su morfología que no llegan a ser muy brillantes.
Aunque realmente no son muy llamativos en cuanto a color se refiere, los Lepisosteiformes sí son peces que destacan por su forma similar a los reptiles.
Algunas de las variedades más populares son las siguientes:
Este pez es uno de los más antiguos de los cuales haya registro fósil. Aunque, para ser sinceros, no son muy populares en la acuariofilia, por los cuidados y detalles que hay que tomar en cuenta.
Lo primero que destaca es que son de gran tamaño, llegando a alcanzar medidas que van entre 1 metro y 1.25 metros de longitud. Ya esa longitud te indica que mínimo deben estar en un estanque o en un acuario de 300 litros.
Las hembras son más grandes que los machos, siendo ese el único detalle que se aprecia en cuanto a su dimorfismo sexual.
Pueden tomar aire de la superficie, debido a una vejiga natatoria que tienen dispuesta en su abdomen. Su hocico tiene la forma de una aguja, su cuerpo es alargado y cilíndrico con una ligera compresión en su parte posterior.
Pero lo más llamativo es que la longitud de su hocico ocupa más de la mitad de su cabeza. Asimismo, el cuerpo del pejelagarto tiene una cubierta rígida de escamas en forma de rombo que se encuentran unidas entre ellas, limitando en gran medida la movilidad del animal.
Los colmillos son filosos y prominentes. Su mandíbula tiene una fuerza muy grande que le permite aferrarse a los crustáceos y romperlos con facilidad.
Su color es marrón con luminiscencias verdes y amarillentas. En su cabeza muestra unas manchas pardas y marrones que se hacen más pequeñas hacia la zona ventral. En ambos lados de su cuerpo tiene unas rayas de color marrón, que van desde su aleta pectoral hasta la caudal.
Las condiciones del acuario deben ser muy específicas. No pueden vivir en peceras menores a 500 litros, aunque lo ideal es que estén en estanques o en acuarios de 1.000 litros. La temperatura del agua puede ir entre 12° C y 20° C, con un PH variable de 5 a 7.5.
Les agradan los acuarios plantados y pueden estar tranquilamente en aguas poco filtradas. Su alimentación es un poco exigente, ya que en su hábitat natural son depredadores y cazan crustáceos y pequeños peces.
En cautiverio hay que darles gambas congeladas, trozos de carne de pescado, y a los más grandes hay que alimentarlos con peces completos como truchas o sardinillas.
También conocido como Alligator gar, este es quizás el pejelagarto más particular de los Lepisosteiformes.
Esta variedad alcanza hasta los 2 metros de largo, aunque hay registros de ejemplares en la naturaleza que miden 3 metros. Su hocico es en extremo largo y ancho, con una fuerza de prensión capaz de matar presas de gran tamaño de una sola mordida. De ahí, que deriva su denominación de pez cocodrilo.
Los colores que tiene son algo opacos y pueden o no presentarse manchas a lo largo de su vientre. Lo que sí resaltan son sus aletas que tienden a ser más oscuras. Puede permanecer en la superficie del agua por largo tiempo, porque al igual que su primo el pejelagarto Lepisosteus oculatus, dispone de una vejiga natatoria que lo ayuda a concentrar el oxígeno para su respiración.
Puede vivir en aguas dulces o salobres, prefiriendo estar en arroyos o ríos con profundidades bajas.
Realmente son muy voraces, por lo cual tenerlos en un estanque es una decisión muy personal de los acuaristas. Comen tortugas, aves, cangrejos y hasta pequeños mamíferos.
A este pez se le considera como un fósil viviente. Es el único representante que queda de la familia de los Amiiformes.
La morfología de su cuerpo es de color verde muy claro, con más tendencia hacia el amarillo. Tienen manchas negras y naranjas que se distribuyen a lo largo del cuerpo, las cuales se tornan más verdes durante el apareamiento.
Esta especie es ovípara. Construye sus nidos arrancando las plantas acuáticas del sustrato, y luego en los hoyos resultantes pone sus huevos.
Son muy cuidadosos con sus alevines y llegan a ser padres sobreprotectores que los vigilan hasta que alcanzan los 7 a 10 cm de longitud.
Una de las principales características de este animal es que puede pasar largo rato en la superficie, precisamente, por la vejiga natatoria propia de los Lepisosteiformes. Resisten hasta 24 horas fuera del agua.
Llegan a crecer hasta los 100 cm, por eso no se pueden tener en acuarios menores a los 600 litros. No necesitan de aguas muy oxigenadas ni filtradas y se alimentan de gambas, lombrices, truchas y hasta trozos de corazón de res.